INVESTIGACIÓN
Las pruebas contra la red de espionaje que salpicaría al general Guatibonza
La Fiscalía tiene interceptaciones en las que los supuestos protagonistas del entramado de chuzadas hablan del secuestro de los periodistas ecuatorianos, de bloqueos de cuentas bancarias y hasta de casos de infidelidad. Exclusivo SEMANA.
La captura del general en retiro Humberto Guatibonza le suma un nuevo actor a la red de supuesto espionaje ilegal que investiga la Fiscalía y de la que habrían sido blanco empresas, militares, políticos y funcionarios. La investigación del que fue director del Gaula de la Policía se desprende del proceso que tiene a varios exoficiales respondiendo ante la justicia.
Se trata de un entramado de chuzadas que fue desmantelado a comienzos de agosto, durante diligencias en varias partes del país, en las que fueron capturados el coronel (r) Jorge Humberto Salinas Muñoz, gerente de JHS Consultoría; Carlos Andrés Pérez Cardona; el mayor retirado Luis Mesías Quiroga Cubillos, y la exfuncionaria del Ministerio de Comunicaciones María Alicia Pinzón Montenegro. Según la Fiscalía, habrían interceptado por lo menos 800 líneas telefónicas a través de varias firmas involucradas A&G Consultoría y JHS Consultoría.
Tanto Pinzón como Salinas adelantan sendas negociaciones con la justicia. En la búsqueda de un principio de oportunidad, Salinas le entregó a la Fiscalía un paquete de 175 carpetas que contienen clientes y víctimas de las chuzadas. Pero esas no son las únicas pruebas que tiene el ente investigador para armar este rompecabezas.
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El caso tuvo como fecha de partida el 4 de mayo de 2017, cuando los investigadores le seguían el rastro a una banda que contrabandeaba en la frontera con Ecuador. Allí descubrieron los contactos que se adelantaban desde la firma JHS Consultores -del coronel (r) Jorge Salinas- con las autoridades de Ecuador para, supuestamente, ayudarlos en las investigaciones sobre el secuestro de tres los periodistas del diario El Comercio. En dichas conversaciones ofrecían a Guatibonza, quien estuvo al mando del Gaula durante más de una década, como experto antisecuestro.
En una conversación interceptada en junio 13, días antes de que aparecieran los cuerpos de los periodistas asesinados, Guatibonza habló con Salinas sobre un encuentro con ecuatorianos y manifestó que ya tenía el sitio definido. Más adelante, el 15 de junio, Salinas y un mayor de Medellín hablaron de adelantar una reunión con "unos ecuatorianos", con quienes se concretaría un acuerdo para "abrir un negocio en Ecuador”.
Cuando ya habían sido hallados los cuerpos de los periodistas, Salinas habló con un funcionario de Medicina Legal que estaba en las instalaciones de la entidad en Cali, adelantando el reconocimiento de los restos. El coronel retirado le pidió una fotografía de los cuerpos: "Me interesa ese dato, me interesa lo de los periodistas para que me confirme esa noticia, porque necesito hablar con los amigos que me tienen seco, si me regala una foto se lo agradecería”.
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Para el mes de julio, Salinas contactó al que sería el contador de la firma HGC, de propiedad de Guatibonza, para manifestarle la necesidad de viajar a Esmeraldas, en Ecuador. En la llamada, le pide que le comente a Guatibonza de la programación del viaje para que adelante los preparativos.
Este tipo de conversaciones también dejan ver que que tenía planes de expansión hacia ciudades como Medellín, Cartagena, Bucaramanga, Barranquilla. "Se hablaba de una alianza con el general Guatibonza y la existencia de los equipos técnicos, junto a peritos de la Policía", precisó la Fiscalía.
Los servicios de la red al parecer no se limitaban a casos de gran resonancia como el secuestro de los ecuatorianos. También, por ejemplo, habrían fungido como cazainfieles. En una de las interceptaciones, un hombre le informa a Salinas: "Ahí va el nombre de la fulana y el nombre del fulano, yo voy a hacer porque es un grupo de abogados y son de Guatibonza, el trabajo es chichipato, es para comprobar la infidelidad de la vieja. Yo le voy a mandar los dos teléfonos de la pareja, este me lo recomendó mi general Guatibonza".
La Fiscalía también tiene en su poder decenas de llamadas y chats que darían cuenta de detalles técnicos de las labores de espionaje, y de las actividades de interceptación que adelantaban con recurrencia. "¿Hizo algo de lo de WhatsApp, hermano? ¿Ya tiene algo de lo que le pedí la semana pasada?", le pregunta Guatibonza a Salinas, quien le responde: "Sí señor, yo creo que mañana en la tarde ya tengo listo lo de un mes, mañana en la tarde... le llevo un mes recogido".
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Las comunicaciones también dejan ver que Salinas tendría acceso a información del Gaula en distintas zonas del país. En una interceptación del 14 de junio se escucha a Arenas hablando con el coronel (r) Jorge Salinas, capturado en medio del escándalo, sobre un requerimiento de una entidad bancaria. En la llamada se escucha a Arenas pedirle que adelante actividades técnicas con el fin de buscar un hacker y bloquear algunas contraseñas.
Otras interceptaciones dan detalles de su forma de operar. Hablan de compras de sábanas de cientos de teléfonos a operadores móviles, y de movimientos de plata entre los supuestos miembros de la red.
Con estas pruebas es que la Fiscalía llevará a juicio a los oficiales supuestamente involucrados en el escándalo, y con las que, en las próximas horas, le imputará seis cargos, entre concierto para delinquir y varios delitos informáticos, al general Guatibonza y a Carlos Arenas, su hombre de confianza, las nuevas piezas vinculadas al rompecabezas de este caso de chuzadas.